Por Aida Fernández - Corredora y
Profesora de Educación Física
Ya
de adolescente nos empezaba a emocionar si nos levantábamos a alguien, si
íbamos a alguna fiesta o pensar en la
graduación de bachiller con su ilusión del acto, el viaje o la celebración,
luego la entrada a la universidad… a mi juicio la mejor época; de adultos, cuentan cada vez menos cosas, que
nos emocionan muchísimo: el matrimonio (si es la primera vez que te casas, porque
para la segunda ya sabes lo que te espera), o la graduación de la universidad,
la entrevista para el trabajo que anhelas, en fin esos grandes motivos que con sus
cosquilleos en el estómago nos hace sentir que estamos vivos, que podemos
vivir intensamente. Una condición sine
qua non que de adultos requerimos para vivir esas emociones intensas es la
pasión como dijo Dante Aliguieri en su
Divina Comedia: no puede comprender la pasión quien no la experimenta.
Sin
embargo, vamos con los años perdiendo la
capacidad de asombro; la responsabilidad
y la conciencia de los problemas nos alejan de cosas elementales para vivir, para
vivir intensamente y justamente me refiero a eso que nos emociona como cuando éramos
niños.
Cuantas
veces vemos a los niños reírse descontroladamente?
o brincar de emoción? o brillarle mucho los ojitos por cosas pequeñas?, en
cambio, cuantas veces en esta dura
cotidianidad vemos en la calle adultos con caras largas, tristeza en su mirada
y lo que es peor amargura en sus accionar. Sabemos que se acciona desde lo que
tienes dentro de ti.
Desde
mi perspectiva quienes corren con asiduidad (bien sea aficionado o atleta de
rendimiento) realizan una interacción social que nos ofrece además de todos los
beneficios psíquicos y físicos uno muy importante y requerido para Venezuela:
nos forma para la tolerancia, el respeto,
la responsabilidad, la disciplina, la constancia y muy importante nos da fuerza,
todo esto valores necesarios en un país resquebrajado en el cual cada uno tiene
una cuota, como decía Fernando Savater “en democracia todos somos políticos”.
Cuando
corremos también nos apropiamos de unas calles, de un estado, de un país que
nos pertenece, nos convertimos en una micro nación que tiene normas, patrones,
códigos nos convertimos en una fuerza mediadora entre una realidad externa y lo
que ocurre en cada uno en lo individual, cito al filósofo Meleau Ponty “lo dado
no es la cosa, sino la experiencia de la cosa” y correr es definitivamente una
experiencia intensa, a través de ella nos sentimos vivos, manifestamos un
lenguaje que se da a través de millones de zancadas con toda su carga simbólica.
De
modo que, la pasión de cada corredor o
corredora es la energía que pone el mundo a sus pies (literalmente); como dice
el gran Dawson “correr es de locos pero nos hace libre”, la experiencia de
correr genera una energía que se parece a la que el niño es capaz de producir, sonreímos
más, nos brillas los ojos, estamos más felices, relajados y esto no sólo nos
beneficia en lo individual en el plano emocional, correr nos hace también mejores
ciudadanos.
Ahora
bien, vale realzar el trabajo que hace la gente de Carabobo Runners, quienes
gracias a la iniciativa de Walfred Astudillo –quien merece honores por todo el
trabajo de hormiguita que por años ha logrado reunir a miles de carabobeños en
una actividad tan rica como “correr”- forma
una membresía poderosa que nos vincula y enriquece.
Los fenómenos sociales pueden hablarnos de una realidad colectiva, y
quien dice que más de 20 mil corredores en Gatorade Caracas Rock o 12 mil en
CAF no significa un fenómeno social digno de ser analizado, y aunque la
intención del escrito no es aburrir al lector se distinguen a través de la
carrera una fuerza que reivindica prácticas sociales positivas para el
empoderamiento y en pro de la defensa de los derechos que a nivel particular y
colectivo han de promoverse para la
necesaria transformación social de Venezuela, por eso, por la participación
ciudadana, por la motivación, por la disciplina, por la tolerancia, por el
respeto, por los entrenamientos compartidos, las sonrisas, las conversas,
Carabobo Runners es gente que construye país.
Termino
con un poema, inspirada en el personaje principal de una de las mejores novelas
que se haya escrito, Don Quijote de la Mancha:
No vas en un flaco rocino
Sino sobre tus livianos zapatos
Tu armadura es un cinturón
Y la lanza en tus brazadas se encuentra
Y tu Dulcinea del Tobozo
Se encuentra allá en la Meta.
No hay duda de tu nobleza
Pero con tanta carrera
Y tus ganas de aventuras
Creo que has perdido la cabeza.
Cuando sales muy temprano
poseído por Apolo
sacas fuerza en las bajadas
y también en
las cuestas
Decidido y muy sonriente
Quieres salvar a la gente
Y arreglar un poco a Venezuela.
Aunque el corredor carabobeño
Pase por ser un lunático
A mí me cae simpático
Porque a través de sus pasos
Cabalga en un sueño que a muchos parece errático.
Aunque han perdido la cabeza
y CAF quieren hacer
Hoy pido un aplauso a todos
y que Dios los conforteis.
Descargalo aquí: https://drive.google.com/open?id=0BxhgpqVM0Fabd2dHSUVjdGcyU3M
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