Manifestaciones de la Fuerza en los desplazamientos y en otras acciones de los Miembros Inferiores

Los desplazamientos que se realizan en tenis son muy cortos, enmarcados dentro del ámbito del tiempo de reacción y la aceleración (en su gran mayoría no sobrepasan los 10-15 metros y, en situaciones extremas, no superiores a 20-30 metros), pero deben ser ejecutados de manera dominantemente explosiva.

Los tipos de desplazamiento varían dentro de un partido pero, por lo general, predominan los avances laterales (50%), hacia delante o diagonal (25%), golpes en el mismo sitio (19%) y un pequeño porcentaje de regresos hacia atrás (6%) en pista dura; en cambio en tierra batida aumenta el porcentaje de desplazamientos laterales a un 65%, disminuyen los desplazamientos frontales-diagonales (14%), igualmente los golpes en el mismo sitio (15%) pero se mantienen los retrocesos (6%), con un promedio de 4 metros por golpe en ambas superficies y 8-12 segundos por punto jugado (Vila Gómez, s/f, p.12) Estas pequeñas carreras se realizan un incontable número de veces durante un partido. Y para ello es necesario un eficaz desarrollo de la fuerza explosiva y la resistencia a la fuerza explosiva en la musculatura agonista de los miembros inferiores: los cuádriceps, principalmente el recto femoral como músculo mas funcional en las acciones explosivas de las extremidades inferiores, y el vasto interno y externo como fijadores y estabilizadores de la rodilla, evitando así dolencias en esta articulación. Igualmente en la constante posición neutra de semiflexión adoptado por los tenistas, son los isquiotibiales los verdaderos estabilizadores de la rodilla. (Busquet, 1999). También interviene, como sinergista en la acción explosiva de carrera, la capacidad de la musculatura abdominal-psoas iliaco para elevar la pierna, y del bíceps femoral para flexionar la rodilla en la zancada. Así mismo, un desarrollo ideal de la fuerza en la musculatura que actúa como antagonista en la carrera, los isquiocrurales (bíceps femoral, semimenbranoso y semitendinoso) y el glúteo mayor, contribuyen a una mejor manifestación de la fuerza de los agonistas como el frenado para cambiar de dirección e iniciar un nuevo desplazamiento hacia el lado opuesto (caso muy frecuente en tenis cuando se juegan bolas de fondo rápidas y profundas a derecha y revés consecutivamente). En la misma situación, en la recuperación de las piernas para iniciar una nueva carrera o restablecer pronto la posición, el grupo de los aductores tiene una función principal en la rapidez con que se ejecuta ese recobro (fuerza reactiva), especialmente cuando la carrera ha finalizado en un deslizamiento de la pierna adelantada (para contactar una pelota baja o una dejada). Otro factor importante, en muchas acciones del tenista, es el salto (en el servicio, en el remate y, muchas veces, en la devolución de los globos). Aquí, es igualmente importante todo lo dicho en las líneas anteriores, pero habría que sumarle las acciones del tobillo, del tarso y de los músculos de la pierna (gemelos, sóleo, perineos y tibiales).