Una carrera no comienza en la línea de salida, sino cuando te inscribes en la misma, y esta empezó a principios de
enero cuando decidí Recorrer Venezuela conquistando 5 ultramaratones.
Luego del último desafío, continúe la preparación pero ahora intentando
correr en la playa y a horas del mediodía, quizás extremas para el
ciudadano común. Lo cierto era que ya estaba impaciente por competir en
la Península de Paraguana del Estado Falcón.
Justos dos meses de haber corrido el Ultra55k Mérida llegó el día sábado 24 de septiembre y después de sortear algunos detalles de logística y organización se dio la partida a las 5:30 am desde la posada “La Langosta" ubicada en el sector Piedras Negras hacia el majestuoso Faro del Cabo de San Román, en los primeros kilómetros disfrute la sensación de liderar la carrera aprovechando el acostumbrado envión de salida del ya legendario Iguano, así que cuando uno de los otros corredores logró alcanzarme decidí dosificar mi ritmo y trabajar en mi estrategia previamente establecida, la cual consistía en recorrer la mayor cantidad de kilómetros antes de que saliera el sol. Ya pasada la media hora estaba empadado de sudor y de inmediato remangue el sweter, apague mi linterna frontal y me quite el buff recordando que la mayor cantidad de nuestro calor se disipa por la testa.
Al pasar el barco hundido ocupaba el cuarto lugar y con buenas sensaciones. El terreno árido de arenoso se transformaba en pedregoso, lo que conlleva a estar bien atento para evitar algún tropiezo o peor aún una caída inesperada. 56 minutos tardé en llegar al Cabo San Román, punto más septentrional de nuestro país, que correspondía al PC1-K10 donde pude admirar y fotografiar esa interesante obra arquitectónica como es el faro. Me hidrate con un vaso de agua y uno de papelón, además de comer la mitad del bocadillo.
Comenzó el retorno y con ello el desafiante y desgastador viento en contra, allí la clave radicaba en mantener una constante técnica de braceo para evitar un desgaste mayor del tren inferior. Minutos después aumentaba la motivación al ver a mis atletas y compañeros de esta aventura, primero a Hector II Quatrocchi y luego a mi ZO Moran, el Dr. Ramón Miranda (con sus 64 años y sumándole más kilómetros), y al debutante Francisco Domador, realmente me alegró verlos trabajar en equipo como siempre trato de inculcarle a todos los que tengo el honor de entrenar.
Proseguí con mi ritmo constante compartiendo algunos minutos con Mathias Zubillaga de Coro Runners quien con sus largas zancadas avanzaba a todo tren, pero de frente se venía un amanecer del astro rey único e incomparable, digno de celebrarlo con un buen ritmo de carrera y una fotografía para el recuerdo. El retorno hacia el punto de salida se torno más escabroso, cosa que de ida no se podía detallar por la oscuridad. A la hora y 45 minutos de carrera determino que era tiempo para recargar las energías con uno de mis sándwich pero manteniéndome en movimiento, nuevamente veía por el retrovisor al Iguano. Al terminar de comer, me tomo unos minutos para sacar las arena de mis zapatos y medias y allí Daniel El Iguano me superaba en carrera. Vamos nos dijimos... Aproveche para orinar y lo vi alejarse entre las casas muertas de ese sector. Retome mi ritmo y comenzaba a ver a los corredores de la distancia de 30k, bien pendiente de los míos, el primero Eduardo Ramos quien venía en los puestos de vanguardia, luego John Estraño con su característica sonrisa burlesca, metros después a Yilena quien aparecía bien protegida para afrontar al sol, Domingo Betancourt el más novato de todos pero muy centrado en que su objetivo era terminar. Finalmente a María Eva quién venía con un sabroso pasito tun tun. Vamos que tu Puedes, le dije.
Llegue al punto de partida con un tiempo de 2 horas y 2 minutos y allí estaba el PC2-K20. Converse con uno de los corredores que me había superado algunos kilómetros atrás. Tome mi gatorade, rellene ese mismo termo con agua y continúe la ruta. A pocos metros vi de nuevo a Mathias conversamos sobre su hidratación y el retomo su ritmo demoledor. Al pasar por nuestro búnker la posada Curaidebo anhelaba ver a mi Mía pero no coincidimos, si logré ver a la Señora Madre de Yilena y aproveché para descargar mi morral Lobby retirando una bolsa con 3 sándwich que sabía que no me harían falta en el camino.
Quedaban 30 kilómetros y estaba entero tanto física como mentalmente. El camino cambiaba nuevamente a arena suelta y compacta con muchos arbustos y captus, verdaderamente la zona más xerófila del país, sin embargo también comenzó a predominar algunas edificaciones en ruinas que dejan mucho que desear de ese sector y que nos deben hacer reflexionar sobre lo pobre que está desarrollado nuestra industria turística.
Logré alcanzar nuevamente al Iguano y comenzamos a trabajar en equipo junto a un corredor de Nirvana Trail Runners para evitar perder la ruta correcta hasta llegar al siguiente punto de control. Allí mismo se veían las hermosas salinas de Cumaragua. Conversamos sobre las sensaciones hasta ese entonces y aproveché ese momento para profesarle mi admiración y respeto por todo lo que ha logrado no solo como corredor sino como un real superhéroe y es que este señor con 57 años es capaz de correr con su gorro en ese desierto nada benevolente y yo pensando que mi buff podía alterar mi homeostasia por el tema del calor y como se disipa por la cabeza, no había digerido eso y me comenta que al terminar debía viajar 383 kilómetros a Valencia para correr los 10k MagallanesFanFest.. Cuando al fin llegamos a Mata Gorda y en específico a la casa de esa familia que nos recibieron con gran entusiasmo en ese lugar inhóspito, niños y niñas que hacían sus tareas en una mesa se sorprendieron al verlo, uno se asustó y salió corriendo a esconderse pensando que era un dinosaurio, la niña más grande no paraba de reír de tanta impresión. Daniel tal cual superhéroe, se sentó en esa mesa y se ofreció a ayudarlos con su tarea tomando un lápiz y coloreando lo que hacían esos niños. Un aplauso Daniel, volviendo a nuestra experiencia ultra, la señora nos comenta que lamentablemente por problemas de logística no podremos continuar hacia Tiraya en búsqueda del 10 k para completar los 50 kilómetros establecidos. Inmediatamente lo recibí como un nocáut emocional, me desmotivó con un bronca increíble pero debía contenerme porque esas personas no tenían culpa de esa decisión y había que respetar ese hogar y más aun a los niños. Nos sentamos a comer tranquilamente, hidratarnos con el agua fría que nos brindó la señora, recargar mi camel y drenar un poco el sentir. Teníamos una ventaja considerable con un tiempo 3horas 05 min en ese momento ya no importaba tanto el competir sino terminar. Pasaron 15 min aproximadamente, cuando vi que se acercaban algunos corredores y decidí continuar con lo que había que terminar, quedaban simples 10k en la misma ruta que había recorrido para llegar a ese punto.
El Iguano decidió quedarse un rato más, era la primera vez que comía un sándwich en una carrera y seguramente quería disfrutarlo. Arranque y me encontré nuevamente a Mathias con un mejor semblante y mejor ritmo, tanto así que me alcanzó y rebasó al cabo de pocos kilómetros de haber iniciado el retorno; y otros corredores entre ellos la primera mujer de la general Dana González, a quien aupé con todo el ánimo posible. En la ruta de retorno me conseguí de nuevo con Héctor con su marcha característica y escuchando su música. Minutos más tarde, venían el Doc Ramón y mi ZO, contenta porque venía de segunda en la general pero preocupada por su dolencia en el tobillo que se incrementó por una nueva caída. Válgame que mente de piedra tiene esta mujer. No me causó nada de preocupación, sabía que conseguiría la forma de terminar su carrera. Les comente lo del recorte de ruta para que replantearan su estrategia. Faltaba solo ver a Domador y un poco más tarde venía con sus bastones y una sonrisa guasonezca que delataba lo tanto que estaba disfrutando su nueva experiencia. No buscaba tiempo, buscaba solo cumplir su misión, llegar de pie a la meta.
Continúe mi camino, ya solo faltaban poco menos de 4k y en el horizonte con un calor distinto a todos los lugares en los que he estado paseando o corriendo, una cherokee blanca estaba estacionada y un hombre con una franela del CAF2016 con 7UP en mano me esperaba para ofrecerme un sorbo de esa bebida en ese entonces espirituosa, estaba muy fría y está si tenía la azúcar necesaria para llegar a la meta con un remate enérgico y con ganas de seguir corriendo.
Se venía lo mejor, en los albores de la posada donde nos hospedamos, estaba mi eterna novia, mi mía, recuerdo que me preguntó que si Matías era de mi categoría, le dije que sí, pero me importaba más abrazarla y besarla a ella, mi competencia no era con él ni con ningún otro corredor, nunca lo ha sido. Ellos son solo referencias temporo-espaciales en el aquí y en el ahora. La real competencia era, es y será con el Dawson que llegó para conquistar ese desierto, el sol y el viento. Quedaba sólo un kilómetro que disfrute correrlo tanto como el primero. Finalmente estaba en la meta disfrutando de un nuevo desafío deportivo conquistado y para mayor alegría con IVA, sexto en la general y tercero en la categoría sub-máster con un tiempo de 4horas 13 minutos y créanme con suficientes ganas, energía y fuerza, litro y medio de agua, bocadillos y sándwichs para correr los kilómetros que faltarían al momento de escribir este relato.
Ya con medalla en mano, no quedaba más que quitarme los zapatos, el camel, franela y esperar a mis atletas para disfrutar de verlos sonreír al llegar a la meta. Hoy día después de 4 meses, hemos conquistado la sabana, los andes y el desierto venezolano. El próximo desafío de #recorriendoVENEZUELA por motivos ajenos a nuestra planificación será el Reto Jarillo 50k y no el UltraRace correspondiente a la Cordillera de la Costa.
Justos dos meses de haber corrido el Ultra55k Mérida llegó el día sábado 24 de septiembre y después de sortear algunos detalles de logística y organización se dio la partida a las 5:30 am desde la posada “La Langosta" ubicada en el sector Piedras Negras hacia el majestuoso Faro del Cabo de San Román, en los primeros kilómetros disfrute la sensación de liderar la carrera aprovechando el acostumbrado envión de salida del ya legendario Iguano, así que cuando uno de los otros corredores logró alcanzarme decidí dosificar mi ritmo y trabajar en mi estrategia previamente establecida, la cual consistía en recorrer la mayor cantidad de kilómetros antes de que saliera el sol. Ya pasada la media hora estaba empadado de sudor y de inmediato remangue el sweter, apague mi linterna frontal y me quite el buff recordando que la mayor cantidad de nuestro calor se disipa por la testa.
Al pasar el barco hundido ocupaba el cuarto lugar y con buenas sensaciones. El terreno árido de arenoso se transformaba en pedregoso, lo que conlleva a estar bien atento para evitar algún tropiezo o peor aún una caída inesperada. 56 minutos tardé en llegar al Cabo San Román, punto más septentrional de nuestro país, que correspondía al PC1-K10 donde pude admirar y fotografiar esa interesante obra arquitectónica como es el faro. Me hidrate con un vaso de agua y uno de papelón, además de comer la mitad del bocadillo.
Comenzó el retorno y con ello el desafiante y desgastador viento en contra, allí la clave radicaba en mantener una constante técnica de braceo para evitar un desgaste mayor del tren inferior. Minutos después aumentaba la motivación al ver a mis atletas y compañeros de esta aventura, primero a Hector II Quatrocchi y luego a mi ZO Moran, el Dr. Ramón Miranda (con sus 64 años y sumándole más kilómetros), y al debutante Francisco Domador, realmente me alegró verlos trabajar en equipo como siempre trato de inculcarle a todos los que tengo el honor de entrenar.
Proseguí con mi ritmo constante compartiendo algunos minutos con Mathias Zubillaga de Coro Runners quien con sus largas zancadas avanzaba a todo tren, pero de frente se venía un amanecer del astro rey único e incomparable, digno de celebrarlo con un buen ritmo de carrera y una fotografía para el recuerdo. El retorno hacia el punto de salida se torno más escabroso, cosa que de ida no se podía detallar por la oscuridad. A la hora y 45 minutos de carrera determino que era tiempo para recargar las energías con uno de mis sándwich pero manteniéndome en movimiento, nuevamente veía por el retrovisor al Iguano. Al terminar de comer, me tomo unos minutos para sacar las arena de mis zapatos y medias y allí Daniel El Iguano me superaba en carrera. Vamos nos dijimos... Aproveche para orinar y lo vi alejarse entre las casas muertas de ese sector. Retome mi ritmo y comenzaba a ver a los corredores de la distancia de 30k, bien pendiente de los míos, el primero Eduardo Ramos quien venía en los puestos de vanguardia, luego John Estraño con su característica sonrisa burlesca, metros después a Yilena quien aparecía bien protegida para afrontar al sol, Domingo Betancourt el más novato de todos pero muy centrado en que su objetivo era terminar. Finalmente a María Eva quién venía con un sabroso pasito tun tun. Vamos que tu Puedes, le dije.
Llegue al punto de partida con un tiempo de 2 horas y 2 minutos y allí estaba el PC2-K20. Converse con uno de los corredores que me había superado algunos kilómetros atrás. Tome mi gatorade, rellene ese mismo termo con agua y continúe la ruta. A pocos metros vi de nuevo a Mathias conversamos sobre su hidratación y el retomo su ritmo demoledor. Al pasar por nuestro búnker la posada Curaidebo anhelaba ver a mi Mía pero no coincidimos, si logré ver a la Señora Madre de Yilena y aproveché para descargar mi morral Lobby retirando una bolsa con 3 sándwich que sabía que no me harían falta en el camino.
Quedaban 30 kilómetros y estaba entero tanto física como mentalmente. El camino cambiaba nuevamente a arena suelta y compacta con muchos arbustos y captus, verdaderamente la zona más xerófila del país, sin embargo también comenzó a predominar algunas edificaciones en ruinas que dejan mucho que desear de ese sector y que nos deben hacer reflexionar sobre lo pobre que está desarrollado nuestra industria turística.
Logré alcanzar nuevamente al Iguano y comenzamos a trabajar en equipo junto a un corredor de Nirvana Trail Runners para evitar perder la ruta correcta hasta llegar al siguiente punto de control. Allí mismo se veían las hermosas salinas de Cumaragua. Conversamos sobre las sensaciones hasta ese entonces y aproveché ese momento para profesarle mi admiración y respeto por todo lo que ha logrado no solo como corredor sino como un real superhéroe y es que este señor con 57 años es capaz de correr con su gorro en ese desierto nada benevolente y yo pensando que mi buff podía alterar mi homeostasia por el tema del calor y como se disipa por la cabeza, no había digerido eso y me comenta que al terminar debía viajar 383 kilómetros a Valencia para correr los 10k MagallanesFanFest.. Cuando al fin llegamos a Mata Gorda y en específico a la casa de esa familia que nos recibieron con gran entusiasmo en ese lugar inhóspito, niños y niñas que hacían sus tareas en una mesa se sorprendieron al verlo, uno se asustó y salió corriendo a esconderse pensando que era un dinosaurio, la niña más grande no paraba de reír de tanta impresión. Daniel tal cual superhéroe, se sentó en esa mesa y se ofreció a ayudarlos con su tarea tomando un lápiz y coloreando lo que hacían esos niños. Un aplauso Daniel, volviendo a nuestra experiencia ultra, la señora nos comenta que lamentablemente por problemas de logística no podremos continuar hacia Tiraya en búsqueda del 10 k para completar los 50 kilómetros establecidos. Inmediatamente lo recibí como un nocáut emocional, me desmotivó con un bronca increíble pero debía contenerme porque esas personas no tenían culpa de esa decisión y había que respetar ese hogar y más aun a los niños. Nos sentamos a comer tranquilamente, hidratarnos con el agua fría que nos brindó la señora, recargar mi camel y drenar un poco el sentir. Teníamos una ventaja considerable con un tiempo 3horas 05 min en ese momento ya no importaba tanto el competir sino terminar. Pasaron 15 min aproximadamente, cuando vi que se acercaban algunos corredores y decidí continuar con lo que había que terminar, quedaban simples 10k en la misma ruta que había recorrido para llegar a ese punto.
El Iguano decidió quedarse un rato más, era la primera vez que comía un sándwich en una carrera y seguramente quería disfrutarlo. Arranque y me encontré nuevamente a Mathias con un mejor semblante y mejor ritmo, tanto así que me alcanzó y rebasó al cabo de pocos kilómetros de haber iniciado el retorno; y otros corredores entre ellos la primera mujer de la general Dana González, a quien aupé con todo el ánimo posible. En la ruta de retorno me conseguí de nuevo con Héctor con su marcha característica y escuchando su música. Minutos más tarde, venían el Doc Ramón y mi ZO, contenta porque venía de segunda en la general pero preocupada por su dolencia en el tobillo que se incrementó por una nueva caída. Válgame que mente de piedra tiene esta mujer. No me causó nada de preocupación, sabía que conseguiría la forma de terminar su carrera. Les comente lo del recorte de ruta para que replantearan su estrategia. Faltaba solo ver a Domador y un poco más tarde venía con sus bastones y una sonrisa guasonezca que delataba lo tanto que estaba disfrutando su nueva experiencia. No buscaba tiempo, buscaba solo cumplir su misión, llegar de pie a la meta.
Continúe mi camino, ya solo faltaban poco menos de 4k y en el horizonte con un calor distinto a todos los lugares en los que he estado paseando o corriendo, una cherokee blanca estaba estacionada y un hombre con una franela del CAF2016 con 7UP en mano me esperaba para ofrecerme un sorbo de esa bebida en ese entonces espirituosa, estaba muy fría y está si tenía la azúcar necesaria para llegar a la meta con un remate enérgico y con ganas de seguir corriendo.
Se venía lo mejor, en los albores de la posada donde nos hospedamos, estaba mi eterna novia, mi mía, recuerdo que me preguntó que si Matías era de mi categoría, le dije que sí, pero me importaba más abrazarla y besarla a ella, mi competencia no era con él ni con ningún otro corredor, nunca lo ha sido. Ellos son solo referencias temporo-espaciales en el aquí y en el ahora. La real competencia era, es y será con el Dawson que llegó para conquistar ese desierto, el sol y el viento. Quedaba sólo un kilómetro que disfrute correrlo tanto como el primero. Finalmente estaba en la meta disfrutando de un nuevo desafío deportivo conquistado y para mayor alegría con IVA, sexto en la general y tercero en la categoría sub-máster con un tiempo de 4horas 13 minutos y créanme con suficientes ganas, energía y fuerza, litro y medio de agua, bocadillos y sándwichs para correr los kilómetros que faltarían al momento de escribir este relato.
Ya con medalla en mano, no quedaba más que quitarme los zapatos, el camel, franela y esperar a mis atletas para disfrutar de verlos sonreír al llegar a la meta. Hoy día después de 4 meses, hemos conquistado la sabana, los andes y el desierto venezolano. El próximo desafío de #recorriendoVENEZUELA por motivos ajenos a nuestra planificación será el Reto Jarillo 50k y no el UltraRace correspondiente a la Cordillera de la Costa.
Para finalizar, un reconocimiento a Orangel Lugo y su esposa por sus buenas iniciativas al organizar ese tipo de carreras (nada faciles) que potencian el turismo nacional, pero a la vez un llamado a la reflexión ya que deben formar un mejor equipo de trabajo en quien puedan delegar funciones de la logística con el fin de evitar complicaciones en la competencia. Además comunicarse e integrar más a los habitantes de esas comunidades para que generen oferta y demanda en relación a los diferentes servicios de alimentación, transporte, hospedaje y el propio turismo en la zona que todos los corredores anhelamos recibir. Recuerden siempre dice el dicho "un solo árbol no hace monaña" y lograremos el éxito mancomunadamente.
La aventura nos aguarda...
Dawson Ruiz, un corredor que ama a nuestra Venezuela!
@pfdawson en instagram
Los relatos buenos te transportan al sitio del acontecimiento, logrando hacerte percibir las emociones, sensaciones del autor y de los involucrados en estos, más aún si conoces a gran parte de ellos, realmente la aventura la disfrutas y te motiva; siempre es bien recibido poder leer algo en el que quede cubierto la satisfacción por haber dedicado unos minutos de tu valioso tiempo a esa lectura, más cuando describen el mundo que te apasiona. Muy bien profesor. Felicitaciones a los que participaron en esta particular carrera de trail y éxitos a los que participaran en las próximas.
ResponderBorrarSimplemente espectacular un relato lleno de vivencias y sin duda alguna el sentido de pertenecía que demuestras por nuestro país ojalá todos los Venezolanos pudieran sentir lo que sentimos nosotros cuando disfrutamos este tipo de carreras... Te quiero grande mi pequeño saltamontes gracias por tu constancia y por tu ejemplo brilla siempre tremenda enseñanza nos das día a día
ResponderBorrarDefinitivamente mi pequeño saltamontes en este relato demuestras el sentido de pertenencia que tienes por nuestro país ojalá y todos pudieran sentir un poquito de lo que sentimos nosotros en este tipo de carreras de trail para mi son lo MAXIMO siempre orgullosa de ti gracias por tus enseñanzas a diario y por tu constancia y por siempre demostrar que la vida aún con sus altas y bajas hay motivos para salir a correr y patear las montañas.. te quiero GRANDE
ResponderBorrarque brutal tigre, no me imagino la sensacion de llegar a la meta! felicidades dog! sigue en lo tuyo!
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